


Primera Jornada de Historia Local de San Bernardo, 29 y 30 de noviembre, entre las 09:30 y 14:00 horas, entrada liberada para toda la comunidad.
Este slogan fue muy difundido por aquellos años, que publicitaba una ciudad moderna, en pleno auge económico, abierta a nuevos cambios, cada vez más cerca de Santiago.
Este orgullo, compartido por muchos nos referían como una ciudad modelo, y no es menor ser Capital de Provincia (Maipo) y anteriormente cabeza del Departamento de
Pero, veamos objetivamente el pulso de aquellos años, durante la creación del Plan de Empleo Mínimo, en los años setenta.
En San Bernardo aún se celebraban las Fiestas de
En 1978, se terminaba el frontis del Estadio Ferroviario y el Cementerio local sufría desabastecimiento de agua potable, las instituciones más destacadas eran el Club Rotario, Damas de Rojo, el Ateneo,
Sin ir más lejos, en la comuna de
En San Bernardo, fueron instaladas comisiones de asistentes sociales para acercar el Plan Nacional de Desarrollo Social, como eje se armaban comisiones para la implementación del PEM en las poblaciones, colaboraciones de “puntaje” en los campamentos, comisiones de navidad, jardines infantiles, niños desnutridos y alimentación.
La tónica anterior era replicada en nuestra ciudad, especialmente en la pavimentación de emblemáticas calles, donde era común el aporte económico de las Juntas de Vecinos, más la mano de obra del PEM, contraparte del Municipio.
El Municipio es una institución pública funcional y descentralizada, su objetivo es administrar la comuna para satisfacer las necesidades locales y promover el desarrollo armónico de sus habitantes.
LAS OTRAS MANOS…EL POJH
En los años 80, antes y durante la ejecución del POJH, San Bernardo era protagonista de numerosos cambios y planes en mejoramiento de la infraestructura, tomando nuevos rumbos a medida que llegaban nuevos habitantes, muchos de ellos sin “arraigo” y sentido de pertenencia.
Una de las principales preocupaciones de las autoridades era la seguridad pública, el control de “marihuaneros” o drogadictos haciendo de las suyas en plazas. Los vecinos alertaban estas conductas ante la falta de luminarias, por ejemplo en la plaza Merino Segura o en la conocida Guarello.
Los medios de comunicación comienzan a difundir noticias relacionadas con destrozos a la propiedad, asaltos y robos. Las calles nunca más serán seguras y el clamor de mayor vigilancia policial tomaba más protagonismo.
Parte de este mal era atribuido a jóvenes drogadictos, como veremos en esta nota de prensa:
“Vecinos del sector Eyzaguirre-Portezuelo continúan con la preocupación de varios jóvenes que se dedican a las drogas y la marihuana, los cuales junto con el consumo de estos elementos negativos para la salud, provocan serias molestias entre los habitantes de dicho sector.
Las denuncias al respecto, indican que éstos se reúnen a altas horas de la noche en las esquinas, drogados totalmente, molestando al transeúnte que se desplaza y formando, además, peleas entre ellos, lo que perjudica abiertamente a los vecinos”.
Fuera de contexto y El tren es un niño son dos videopoemas que muestran el trabajo del artista chileno Marcelo Mallea, cuya motivación principal para la realización de obras de videopoesía, como él mismo lo explica, “es básicamente el impulso de llevar la poesía ‘un poco más allá’, a ese siguiente paso que significa interactuar, hacerla visible, palpable, reconocible, popular y amigable.”
Tanto en Fuera de contexto como en El tren es un niño se trabaja con la yuxtaposición de imágenes, en blanco y negro o tonos sepia, acompañadas de música electrónica. Los textos tienen un montaje tipográfico y a la vez forman parte del audio del videopoema. En ambos videopoemas, podemos ver un equilibrio expresivo entre los elementos que conforman las obras y que detonan una experiencia de lectura múltiple y sinestésica.